
Quiénes Somos
Creemos absolutamente que la Iglesia cristiana nace con las enseñanzas y
predicaciones de nuestro Señor Jesucristo. Los hombres que Él eligió para
acompañarlo en su ministerio terrenal entendieron estas enseñanzas, las
recogieron y las registraron con total sinceridad en los evangelios y las
epístolas bíblicas.
Sostenemos categóricamente, por el testimonio de las Escrituras, que tanto
los apóstoles, profetas, sacerdotes y demás personas que escribieron la
Biblia fueron inspirados por el Espíritu Santo y que, por lo tanto, las
Escrituras merecen ser consideradas como soporte total y plenamente
confiable de una Iglesia cristiana.
Reconocemos, por la veracidad de los registros históricos, que la Iglesia
naciente —que al principio fue fiel y digna de su Señor—, al ser reconocida
como religión oficial del Imperio Romano, se corrompió y paganizó en forma
extrema. Admitimos que dicha desviación de la verdad evangélica existe
todavía en grandes sectores de la cristiandad.
Pero también reconocemos, apreciamos y valoramos que, por el testimonio y
la correcta comprensión de las enseñanzas de Jesús y los apóstoles, hombres
usados por Dios e iluminados por el Espíritu Santo mantuvieron “la fe una
vez dada a los santos” y lucharon por ella. Nos referimos a los
Reformadores y a los precursores de la Reforma del siglo XVI.
Es sabido —y negarlo sería ignorar la historia— que con la Reforma
Protestante nacen las iglesias hoy conocidas como evangélicas, entre las
cuales estamos nosotros, la Iglesia Evangélica Aliancista.